Coincidiendo con la luna llena y las montañas leonesas cubiertas de nieve, el sábado 15 de febrero realizamos una raquetada nocturna de Casares a Viadangos, aunque desestimamos otras rutas más atractivas por el deshielo de los últimos días en gran parte de los tramos de dichas rutas.
Como la luna es la protagonista de la travesía, la canción "Hijo de la luna" de Mecano acompañará en el siguiente vídeo en los momentos más interesantes de la raquetada.
Dejamos nuestro vehículos en el pueblo de Viadangos.
Con los últimos rayos del sol en el horizonte un autobús nos acerca hasta el valle de Casares.
Es necesario abrigarse y poner a punto todo nuestro equipamiento.
Ascendemos por un camino que deja el grupo montañoso "las tres Marías" y el arroyo, a la izquierda y a la derecha, un asustadizo rebaño de caballos. Notamos que progresivamente nuestros ojos se van acostumbrando a la oscuridad y un sendero en zig-zag nos lleva hasta al punto más alto, donde la luna hace su aparición por primera vez en la noche, detrás de una peña.
Esperamos para reagruparnos, pero el tiempo suficiente para no perder temperatura corporal.
Atravesamos el pinar con una fuerte pendiente hasta alcanzar una pista forestal, donde tienen lugar caídas fortuitas y otras tantas caídas intencionadas.
Un largo tramo de pista desemboca en el valle de Viadangos.
La claridad de la noche nos permite percibir la belleza de este amplio valle.
Entre broma y broma, de vez en cuando la luna se refleja en las aguas del riachuelo y en las zonas heladas que bien nos hace recordar la leyenda "Un rayo de luna" de Gustavo Adolfo Bécquer.
Cerca del pueblo nos quitamos las raquetas.
Nos reunimos de manera escalonada los 32 miembros del club para dirigirnos a degustar una opípara cena en un restaurante de la zona.
Después de 7,6 km, 3 horas y 40 minutos de caminata y -3 grados de temperatura se agradece algo calentito aunque en ningún momento sentimos frío.
Un reportaje muy guapo.
ResponderEliminarFelicidades por ello Belén.!!!
Juanjo.