lunes, 19 de marzo de 2012

Pico Polvoreda


Por tratarse de la Primera Marcha por el Valle del Marqués en la que teníamos cita todos los clubes de montaña de la provincia de León nos presentamos a la hora acordada en Felmín siete autocares repletos de senderistas junto a varios grupos de personas de los alrededores que acudieron en coches particulares. Está previsto salir de Felmín, pasar por Tabanedo y Rodillazo, llegar a las inmediaciones del Collado de Santiago y a partir de aquí se pueden tomar tres caminos diferentes.



Durante el primer tramo, al atravesar una zona de umbría, se agradece la ropa de abrigo e incluso los guantes, pero rápidamente mientras caminamos por una carretera sin apenas circulación comienzan  a darnos los primeros rayos del sol que son bienvenidos  a estas horas de la mañana.


Se puede observar cómo serpentea esta carretera de alta montaña por la que discurrimos todos haciendo una larga hilera.


Atrás dejamos Tabanedo.



En Rodillazo hay una pequeña parada para poder ir despojándonos de algunas ropas puesto que ya llevamos recorridos 4 Km y hemos ascendido unos 300 m.



A partir de aquí la carretera da paso a un camino empedrado con desniveles más empinados y donde aparecen zonas con acumulación de nieve.



También atravesamos algún que otro riachuelo que alimenta el cauce del río  Torío.




Accedemos a  una finca particular como indica el cartel, aunque en ese caso teníamos el permiso del propietario por tratarse de una marcha organizada y con el trámite de previa solicitud.




Aunque apenas ha nevado este año, se puede observar a nuestro alrededor  restos  de alguna pequeña nevada que se resiste a descongelarse y se mantiene inalterable en aquellas  zonas más frías a las que no llega el calor del sol.



Llegamos al Collado de Santiago cuya altitud es de 1.574 m. y es el momento ideal para hacer un alto en el camino, conversar con los compañeros, beber un poco  de agua y picotear algún que otro tentempié o fruto seco., pues nos espera una pequeña subida hasta llegar al Valle del Marqués.



Iniciamos la marcha.



Se puede observar el desnivel  que hay y cómo el sol nos va dando de cara.



Desde arriba podemos  otear el ascenso continuo  de personas que  pasito a pasito ponen en práctica los versos de Machado:
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar."

Rápidamente comenzamos a divisar la cumbre de pico Polvoreda que se va  asomando altiva a medida que ascendemos.



Llegamos al Valle del  Marqués  y  desde este lugar existen tres alternativas posibles de ruta según las pretensiones de cada uno y dependiendo también de las fuerzas  que nos queden de reserva para afrontar cada uno de los retos que se  nos presentan.



La primera opción será recorrer el valle en toda su extensión tomando dirección oeste durante un recorrido de  4 km en los que los desniveles son muy suaves, con algunas dolinas y pequeñas elevaciones del terreno.  También se puede observar un gran poljé(depresión en un macizo de roca  karstica  de grandes dimensiones a modo de valle cerrado) surcado por un arroyo permanente que se infiltra totalmente hacia el interior de la red subterránea a través de un “pónor”(sumidero de un polje) por la cueva de Muruquil, situada al otro extremo del valle. Posteriormente es necesario ascender dirección sur hasta llegar a una  collada llamada “la Forqueta”, situada a 1.620 m. para proseguir por una zona minera que nos conducirá hasta Villalfeide.





Una segunda opción es retroceder de nuevo hasta Collado de Santiago y descender por un valle hasta llegar a Correcillas siguiendo el arroyo del mismo nombre, siendo de dificultad baja y de un recorrido de 5 km. Una vez en el pueblo se sigue caminando por carretera durante otros 5,5 km hasta llegar a Villalfeide.


Una tercera opción es la ascensión al pico Polvoreda salvando 350 m de desnivel que hay desde el comienzo del valle  hasta él. Para ello es necesio dirigirse a la izquierda por la cresta que presenta este pico en su vertiente nordeste.



Desde abajo se divisan las siluetas recortadas de los más adelantados sobre el perfil de la montaña.



Hasta alcanzarlos debemos superar esta pequeña cuesta.



Con una vista hacia atrás se ve el Valle del Marqués en toda su extensión derecha.



Desde esta altura se consigue reconocer el pico Brañacaballo que en otra ocasión ya hemos podido ascender.


Nos  acercamos al cresteo de la montaña.



Se puede admirar,  hacia el este, el valle que conduce hasta Correcillas.




Y hacia el oeste el Valle del Marqués desde una perspectiva más elevada.



Antes de tomar conciencia del nuevo reto, volvemos la mirada y nos encontramos con senderistas que nos siguen sin darnos tregua.



A media escalada nos permitimos tomar un poco de aliento, un poco de reposo y una rápida mirada a los cuatro puntos cardinales del lugar donde nos encontramos.



Más arriba aún.



Y mucho más…




Todavía queda un poco más para llegar a la cima.



Por fin llegamos al punto mas alto del pico Polvoreda.



Antes de relajarse y comer el bocadillo es de obligado cumplimiento echar un vistazo a todo el paisaje que alcanza nuestra vista a nuestro alrededor.

De derecha a izquierda vemos en primer plano a Vegacervera y Villalfeide.



Mirando al sur se divisa todo el valle del  Torío desde Matallana hasta León, aunque la ciudad no se distingue con claridad por la existencia de calima o presencia de polución.



Girando en sentido inverso a las agujas del reloj vemos a Correcillas a lo lejos con Peña Galicia coronándola.


Valle que desciende hasta Correcillas.




Es hora de buscar un lugar al abrigo para comer el bocadillo, refrescarse, recuperar fuerzas, intercambiar impresiones, echar un buen trago de vino de la bota, degustar ricas rosquillas y !cómo no!  hacer la foto de familia de los componentes del club Sancenas.



Reanudamos la marcha descendiendo hasta Villalfeide, que es nuestro punto de encuentro.



Ya tenemos muestras claras de aquello que nos va acontecer en la bajada por este lado de la montaña.



Hasta pudimos improvisar un poco de esquí en alguna zona.



Algunos de los momentos de la bajada.




Uno de los múltiples hitos que nos hemos encontrado y que nos iban guiando por el camino correcto.



Ya alcanzamos a ver monte, lo que significa que abandonamos suelo montañoso y rocoso para dejar paso a senderos o caminos.



Aparecen los primeros árboles en la ladera baja de la montaña.




Nos acercamos a las inmediaciones del pueblo y tenemos la oportunidad de beber agua muy fresca que nos sofoca de la dura bajada, del calor reinante para la época del año y  del sol abrasador que nos iba dando de lleno.




Desde Villalfeide podemos apreciar, más sosegadamente y desde la lejanía, el camino recorrido, la altura alcanzada y la recompensa de haber disfrutado de ese domingo de escapada a Pico Polvoreda. Para terminar la jornada  nos premiaron con una degustación de pastas con mistela para todos los participantes.